OPTIMIZA TU HIDRATACIÓN
Licda Francesca Boscolo - Nutricionista Clínica
Instagram: @nutricion_francescaboscolo
El cuerpo humano está compuesto de más o menos 60-75% agua, y la cantidad que retiene en momentos específicos está determinado por el estado de hidratación. Todos los órganos en el cuerpo utilizan agua con regularidad para llevar a cabo sus funciones vitales. El agua es un solvente para compuestos iónicos y solutos, como glucosa, sodio y aminoácidos, así como un portador de nutrientes y material de desecho, un lubricante y una sustancia termorreguladora. La adecuada hidratación es un factor indispensable y determinante en el rendimiento, sin embargo, es de los que menos se discuten al momento de planificar y crear una estructura nutricional y de entrenamiento para atletas.
Muchas personas consideran la hidratación como el consumo de agua, sin embargo, la palabra se refiere a mantener la hidratación celular, volumen sanguíneo y estatus de electrolitos en el cuerpo. Cuando tenemos buena hidratación, nuestras arterias tienen un volumen sanguíneo óptimo, se optimiza el suministro de oxígeno al corazón, cerebro, piel y músculos que trabajan. Esto solo se logra cuando nuestros electrolitos se encuentran en balance y en rangos óptimos.
Electrolitos, especialmente sodio, controlan el movimiento de agua y favorece una buena hidratación. Sodio es el responsable y necesario para la activación de las neuronas y el movimiento de los músculos. Consumir solamente agua durante entrenamientos intensos o durante competencias, puede reducir los niveles de sodio en la sangre, llevando a una disminución en rendimiento y causando más daños que beneficios. Debemos tomar en cuenta que, para tener una óptima hidratación después de un entrenamiento, es importante reponer las pérdidas de sodio, cloro, potasio, magnesio, cromo, entre otros, que se pierden al sudar.
Al momento de empezar a realizar un trabajo extenuante encontramos un desplazamiento del flujo sanguíneo hacia la piel y los músculos activos, lo que reduce el flujo sanguíneo hacia las arterias que irrigan el corazón. Esto lleva a un menor gasto cardíaco, mayor demanda de oxígeno, mayor percepción de fatiga y disminución de rendimiento. De manera que la temperatura corporal aumenta, el cuerpo busca auto regularse cómo prioridad, por lo que disminuye la oxigenación de los músculos y un aumento en la acumulación de material de desecho. La absorción de líquidos y electrolitos es mejor en reposo que durante el ejercicio, por este motivo, aumentar el volumen de sangre antes de realizar ejercicio también proporciona al cuerpo mayor cantidad de líquido circulante para descargar el calor y enfriar el cuerpo, y evitar las consecuencias previamente mencionadas.
En conclusión, la hidratación previa a una competencia es indispensable para un rendimiento óptimo, junto con una buena alimentación. Es recomendado que sigas un protocolo guiado por un profesional, que comprendas la nutrición, la hidratación y el entrenamiento físico, para lograr los objetivos deseados.